François Dupeyron es un realizador francés conocido entre otros títulos por El pabellón de los oficiales o El Señor Ibrahim y las flores del Corán. Con este último film, consiguió una nominación a los Globos de Oro como mejor película de habla extranjera. Una cinta amarga y dura, pero narrada de modo amable, sin regodearse en las penurias que se cuentan y redondeada por un gran Omar Sharif. Personalmente la considero una buena película, pero echo en falta en ella algo más de emoción. Me resulta un poco tibia para todo lo que muestra, aunque puede ser que para muchos, una de las virtudes de Dupeyron.
Con esta nueva historia que dirige y escribe, como casi toda su filmografía, aborda un tema algo especial, en concreto el que uno de los personajes tenga un don especial. Siempre me parece que es difícil hacer conectar al espectador con temas así si no se les predispone inicialmente a ello o sin utilizar un poco el tono de fábula mágica. Veremos como aborda el realizador esta temática, aunque de lo que podemos estar seguros, es de que nos hará partícipes de un viaje personal muy intenso, partiendo de un personaje hundido y acompañándolo en su renacer.
Dupeyron vuelve al Festival de San Sebastian quince años después de presentar C'est quoi la vie?, compitiendo con este drama en la sección oficial.