Gabriel Velázquez, uno de los dos directores de Sud Express, parece que le ha cogido el gusto a las películas con actores de diferentes países, pues vuelve a utilizar la misma fórmula en este nuevo trabajo. Aquel era un trabajo original, aunque algo pesado, sin demasiado talento.
Su segunda película, esta vez en solitario, se presenta en la sección nuevos directores del festival de cine de San Sebastián. Si uno se para a analizar vagamente el argumento del film, se encuentra con lo que parece ser un cierto conglomerado de varias cosas que ya hemos visto antes, desde Jean-Claude Lauzon hasta Los Simpson. El problema es que, más que hacer uso de un bagaje cinematográfico amplio, la sensación que dará será la de un pequeño collage de quien no tiene demasiado que aportar.
No creo demasiado en el desarrollo de este guión. Tampoco creo en la dirección, que se limitará a imitar cierta tendencia moderna del cine europeo, sin ni siquiera conseguirlo demasiado. No creo en el reparto, que viene de sitios como Hospital Central o Sin tetas no hay paraíso. Hay demasiadas cosas en las que no creo en este proyecto. Lo que sí creo es que puede hacerse algo entretenido, eso sí.
Aunque, como siempre, siendo una obra de nuevos directores quiero ser cauto y dar una oportunidad a este Gabriel Velázquez. Eso sí, de momento mi valoración es negativa.