Viendo los nombres del festival de
Venecia parece que la crisis estuviera remitiendo, después de ese
programa algo árido que nos presentó Cannes. Entre otros directores
de interés, presenta película Sofía Coppola. Después de la
marcianada de Maria Antonieta, que no gustó a demasiados (personalmente me resultó interesante), nos
presenta una película que recuerda más a su exitosa Lost in
translation.
En esta ocasión se centra en la
relación entre un padre y una hija, donde parece existir una clara
inspiración en la propia vida de la directora, por la condición
artística del padre en la ficción. Es de suponer que las vivencias de la hija
estén muy marcadas por la experiencia de Sofía con uno de los más grandes
directores de la historia. De aquí puede surgir una película sincera con emociones
sutiles y afinadas. Quizá cuando Sofía Coppola se ha ganado
deshacerse de su etiqueta de "hija de", es cuando ejerce
precisamente de eso, pero dentro de la película.
Elle Fanning, la hermana de
Dakota, a la que ya hemos visto en películas como El curioso caso
de Benjamin Button, será la hija, y es evidente cierto aire con
la directora, sobre todo por el peinado. Para interpretar al padre,
un actor que no está en su mejor momento, Stephen Dorf y que
podría aquí retomar un poco su carrera como protagonista. En el
reparto encontramos otros nombres interesantes como Benicio del
Toro o Michelle Monaghan. Como elemento mediático,
también aparecen las gemelas Shannon, famosas por ser las novias de
Hugh Hefner (fundador de Playboy) y por su intervención en el
programa The girls next door. Sólo es anecdótico, pero dice mucho del
gusto por la cultura pop de la directora.
Y hablando de pop, atención a la banda sonora, compuesta
por el grupo francés Phoenix (cuyo cantante, Thomas Mars, es la
pareja de Coppola). La directora, encantada con la canción Love
like a sunset, pidió al grupo más música en esa línea, así
que una vez más nos encontraremos con una gran dosis de buena música
indie en su cine. Ya en Lost in translation se incluía una
canción del grupo, Too Young. Y hay que destacar que esta no
es la primera vez en su filmografía que un grupo de música se
encarga de la banda sonora, ocurría en Las vírgenes suicidas con
el grupo, también francés, Air.
Vivencias, retazos de experiencia en
imágenes robadas por el espectador, con un aura hipnótica que en
general remite claramente a Lost in translation. Harris
savides al cargo de la fotografía puede conectar perfectamente con
el tono estilizado que requiere el proyecto. Otro ejemplo de una directora de marcada personalidad.