Aún recuerdo la última vez que tuve este mismo pensamiento antes de enfrentarme a una película de cine español. Se trataba de darle una oportunidad a "El principio de Arquímedes", y el tiro me salió por la culata.
Desde entonces he huido sistemáticamente de aquellas películas de cine espñaol que no estuviesen firmadas por Álex de la Iglesia, Amenábar, Almodóvar, Garci, Medem o Armendáriz, los que considero lo más potable del cine español.
Lo cierto es que será la primera película que vea de la directora catalana María Ripoll, autora de "Lluvia en los zapatos" o "Utopía". Pero es que hay algo en esta pequeña película que me llama la atención, no sé exactamente lo que es, pero veo una película fresca, costumbrista, pero de honda concepción y guión, buscando crear algo más que el mero retratar de estampas de vida de la actualidad, y, sobre todo, para mí, lo más importante, es que parece una película que no tratará ninguno de los grandes temas sociales que lastran el actual cine español.
Esa tranquilidad y la solidez del texto teatral de Alberto Espinosa, que se encarga, a su vez, de adaptar su propia obra, hacen que me olvide de anteriores trabajos de él como "Abuela de verano" o "4ª planta".
Igualmente será una gran oportunidad para seguir las evoluciones de jóvenes valores del cine español como Javier Pereira, al que pudimos ver en "Frío sol de invierno", Marc Rodríguez, Oriol Vila ("El séptimo día"), Nuria Gago ("Noviembre") o Irene Montalâ ("Las muñecas rusas" o "Fausto 5.0").
Otra oportunidad al cine español.