Aunque no soy amigo de este juego de visiones de una misma historia, o al menos del momento del parto de la misma, tenga la concesión de permitir que mi mente se aleje de cualquier rechazo y me animo a decir que es una película como las de Allen pero con menos de él que en otras ocasiones. Con esto no quiero decir vacía, pero hasta en los momentos de comedia, sección cómica, se muestra mucho más resultón que de costumbre y no creo que sea por ese juego de las dos bandas.
El universo de la mujer está bastante disfrazado de algún estereotipo a pesar de que la historia de los amores en la versión dramática le supere y nos haga olvidar ese poco profundo llegar de la señotira Melinda en cuestión. En la parte cómica esa misma mujer es llevada a la mente de un hombre que poco más o menos consigue ser algo gracioso pero como si un gancho de realidad de agarrara bajo amenazas.
¿Cuál ha sido ese hermético crujir de la película que no me ha gustado?. Supongo que un toque de juego es demasiado obvio, supongo que algunas situaciones exageradas sabiendo que no del todo pintan en la historia o historias que acontecen no ayudan, supongo que espero un Allen y él ha querido mostrar otro, esto no me importaría si algo no crujiera. Podría ser que solo quería contar el metraje dramático y el resto es para contentar o darse un capricho.
Es un director de caprichos, desde luego, y aunque siempre provaría sus postres este no sería el primero. Me quedo con la escena de la escalera cuando se confiesa el amiguiterio, o esa mujer agarrada para no dejarla en el suicidio tras una imagen digna de cualquier sanatorio. El mensaje de la película algo gastado pero siempre cierto.
Como diría yo la vida depende de cuanto distorsiones la realidad.