Esta película tuvo su buena dosis de publicidad gratuita y de ese marketing impagable.
Cuando estaba a punto de estrenarse, el personaje en el que está basada la película presentó batalla legal para que no estrenasen la película porque según él podía sufrir consecuencias irreparables.
La película, como no podía ser de otra manera, se estrenó y tuvo un resultado en taquilla bastante discreto si tenemos en cuenta que se trata de una película que tiene en nómina a Bruce Willis (La jungla de cristal IV), Sharon Stone (Bobby) o Justin Timberlake (Black Snake Moan).
El responsable del film es el interesante a la par que irregular Nick Cassavettes, hijo de los míticos John Cassavettes y Gena Rowlands, que ha dirigido films como El diario de Noa, John Q. o Atrapada entre dos hombres.
La película está centrada en la vida de uno de esos personajes jóvenes anónimos que cumplen el sueño americano en sentido inverso y acaban engrosando esas listas tan americanas de los más buscados.
Una película que promete un tratamiento del thriller más cercano al de comienzos del milenio, heredero del de finales de los 90, en el que por encima de todo es más que previsible que haya mucha convencionalidad.
Los retazos de interpretación que puedan dejarnos la Stone y Willis y el detalle de que Cassavettes fue actor en una película con la que creo compartirá mucho: Blow. Música y ritmo trepidante para una película que como la lluvia con granizo, no termina de calar lo suficiente.