Ante todo, tal y como ya dije en mi precrítica, no he leído el cómic de 300, con lo que no sé hasta qué punto la adaptación es fiel, y simplemente me figuro que sí lo será, entre otras cosas, por lo que otros han dicho.
Independientemente de la adaptación, esta película es un torbellino visual, un nexo entre el séptimo y el octavo arte. Viñetas en movimiento, con un trabajo de fotografía portentoso de un autor Larry Fong, que me maravilla desde su trabajo en Lost.
La película tiene encuadres absolutamente memorables, y participa de un concepto que me parece más interesante que el cine de animación en general.
Como ya sabéis, no me gusta el cine de animación, pero disfruto de esta suerte de cómic-cinematgoráfico que representa esta película o Sin City.
Hay momentos absolutamente maravillosos como el desembarco de las tropas persas o el final de Leónidas, él frente a las Termópilas, y una nube de flechas que terminan dejando la pantalla en negro.
En otro orden de cosas he de decir que me ha encantado la banda sonora de la película, poderosa, que ha sabido realzar como se merece el trabajo de arte que lleva esta película.
Su ritmo es trepidante y te atrapa y no te suelta hasta el final. Por muy espartanos que sean, uno se encoge al ver avanzar por vez primera a las tropas persas, el momento en el que chocan con los espartanos, la asfixia sobrepasa la pantalla.
La manera en que se inicia el primer enfrentamiento con los inmortales, y la manera en que la cámara no se detiene a cargar las tintas sobre los primeros espartanos muertos en combate.
La película ha sabido también retratar con mayor acierto del que pensaba el modo de vida espartano. A grandes rasgos la ambientación histórica es muy buena.
Y digo a grandes rasgos porque si entramos al detalle del mensaje o motivación que mueve a Leónidas, podremos descubrir que su pensamiento no es el de la época, y es más bien, un remix del actual.
Me explico. Suele ser un error habitual en las películas que se realizan sobre la antigua Grecia mostrar un sentimiento panhelénico cercano a la Patria o al Estado. Lo cual es absolutamnete falso.
En esta película podemos volver a verlo, así como la utilización de conceptos como derechos, ley, democracia, libertad y tiranía en acepciones de nuestros días y no con la de aquellos días.
De esto se podría hablar largo y tendido, pero yo creo que el debate se cierra con las palabras que transcribí del propio Miller en mi precrítica. No creo que haya mensajes ocultos, son evidentes y los paralelismos deseados y buscados.
En definitiva, una película de esas que te agarran a la butaca, con un trabajo artístico muy bueno que logran transportarte a lugares que quizá con métodos tradicionales hubieran resultado más costosos.
En muchas cosas está por encima de Sin City, pero en la nota general no, precisamente porque Sin City es un vehículo perfectamente creado para el lenguaje utilizado. No hay nada que le sobre o que le falte. Y lo mismo no se puede decir de 300, que en ocasiones termina resultando un tanto fría.
Con todo, una muy buena película.