Publico tarde una crítica sobre esta película que ya se ha estrenado hace un tiempo, pero es que creo que va a valer la pena y no la quiero dejar pasar.
Ante todo porque se trata de la nueva obra de un interesante y veterano director como es Sidney Lumet. No podemos mencionarle sin hablar del gran clásico 12 hombres sin piedad, película que en estos momentos en cartelera tiene su versión rusa, 12. A pesar de sus años, Lumet sigue al pie del cañón, hace poco veíamos Declaradme culpable, con un sorprendente Vin Diesel. Una película suficientemente atrevida como para no demostrar la edad de su director.
Está claro que Lumet se encuentra más cómodo en el género policiaco y judicial. Bien, no tiene por qué ser versátil, y en este caso no se saldrá de su campo, con una ambiente cargado de whisky y sirenas de policía, calles sucias y asuntos turbios. Desde luego no es lo último, pero seguramente estará bien trabajado.
Lo más esperanzador es que cuenta con un reparto de lujo. Philip Seymour Hoffman, que ha demostrado hace tiempo ser uno de los mejores actores en activo. Su último trabajo, por citar uno, en La guerra de Charlie Wilson, era memorable. A su lado, un actor al que respeto mucho aunque no está teniendo grandes papeles de un tiempo a esta parte, Ethan Hawke. Albert Finney y Marisa Tomei son dos buenos secundarios que completarán el reparto adecuadamente.
En definitiva, una pequeña película con buenos intérpretes y un sólido director que siempre se degusta con interés.