Crítica de la película Crepúsculo por Hypnos

Hace algún tiempo sentencié sobre La caja Kovak que no cumplía ni con al abc del género. Y es hoy cuando con toda mi buena intención, escuchando buena música, desde mi pedestal de crítico omnipotente, provisto de cerveza fresca, he de consignar que esta película no se resiste a sí misma. Adelanto y doy pistas a los detractores de estas líneas que intento tejer, por si les cabía la más mínima duda.

La película es soberanamente aburrida y, además, tiene el contra añadido, de que se deposita en mi retina, cuando es escaso el tiempo que me separa de una película sobre vampiros bien incardinada en la vida actual, como es la sueca Déjame entrar. Claro que como ya anunciaba en mi pre, en dicha película no se encuentran problemas de amores de instituto, sino de amores inmortalmente mortales, que ha sido la gracia que yo siempre les he visto a los no-muertos.

Es lamentable que un espectador del 2009 tenga que ir a la velocidad de una adolescente que necesita más de una hora en descubrir que el chico que le gusta es vampiro. Sólo le faltaba ya darle a probar un emparedado de ajo para comprobarlo.

La historia de amor es torpe y transcurre lentamente sin que tengamos ningún flotador al que encomendarnos para evitar la negrura de las aguas del aburrimiento. La acción, que brilla por su ausencia, es introducida con calzador, tras el partido de baseball de diseño.

Y ahora que mento lo del diseño, lo peor de todo, lo más grave para este primer huevo de saga es que no fija nada. No hay un estilo que se pueda reconocer, sino que la directora da tumbos con elecciones que van desde el videoclip hasta el spot publicitario, y rodando esta historia con la misma cámara nerviosa con la que había rodado Thirteen. Llegarán otros y aplicarán su estilo propio, sin que haya nada que permanezca.

En mi precrítica pedía lo mínimo: ser un bálsamo de entretenimiento para la resaca. Y lo triste es que la acrecentó.