No es tan fácil hacer una buena comedia, pero los Cohen tienen una ventaja: un universo propio en el que hacer pulular a sus personajes. En No es país para viejos tocaba tono dramático. Ahora toca tono cómico. Sea como fuere, seguimos dentro del universo Cohen. Un universo que han ido creando desde su primera película y del que ahora están recogiendo sus frutos más maduros.
No hay que esperar de ésta película ninguna innovación ni cambio de rumbo. Los Cohen tienen clara la dirección que han tomado. Lo que si hay que esperar es que nos hagan reir a base de situaciones originales y personajes pintorescos. Para los personajes se han rodeado de un elenco de actores notable. Espero que esto no pese en la película y cada uno sepa tener su peso específico.
Universo Cohen, comedia y un buen elenco de actores. Buenos mimbres para una apuesta segura tanto en la cartelera como en el Festival de San Sebastián de éste año.