Crítica de la película Fair Play por Hypnos

La primera pregunta del coloquio versaba sobre la génesis del largo. ¿Qué fue primero: el corto del squash o la película? El director contestó diciendo que la película había nacido con vocación de largo, y que no quería hacer una serie concatenada de cortos, de hecho, la idea del corto surgió después de haber rodado la escena del squash para el largo. En fin, queda clara la posición del director.

En primer lugar he de reconocer que la película se me ha pasado en un santiamén, y que he estado pegado a la butaca sin rechistar y sin hacer alarde de mi bien merecida fama de culo inquieto en una butaca.

El ritmo y narración general del film es ágil y están muy logradas las situaciones de tensión, sobre todo, en las dos primeras escenas. En la primera, por lo de sorpresa que te coge el momento de la piragua cruzándose en el campo de regateo; en la segunda, simplemente, porque es la mejor escena de la película, y el director hace virguerías con una cámara en el reducido espacio de un campo de squash. Especial mención para el montaje en esta escena.

Los problemas los empiezo a notar a partir de la siguiente escena.El personaje de Jean Claude no me resulta creíble, está en cierta manera caricaturizado, al igual que el de Nicole, sin fuerza alguna, plano. En cierta manera, los personajes masculinos de esta película aparecen muy dominadores, muy fuertes e inteligentes, y los personajes femeninos han sido peor trazados. Y eso sin hablar del personaje de la sobrina del director, una marioneta en manos del guionista, para poder salvar situaciones como aquella en la que se rompe una pierna, se necesitaba a alguien que no tuviese problemas con él.

Pero lo peor es que en la segunda parte del film, el personaje bien trazado del director acaba también caricaturizándose y desdibujándose.

La idea es buena, pero hay algo que falla, el realismo, la verosimilitud, da sensación de fábula, y falta una mayor evolución en cada uno de ellos. Digamos que el film se ha encontrado con los peros propios de la idea original de hacerla con pocas escenas, haciendo siempre deporte y elipsis. Al igual que el epílogo, absolutamente innecesario y sobrante.

A pesar de todo ello, la película logra cotas altísimas de tensión, de emociones, posee una dirección de notable en circunstancias absolutamente adversas que merece todo mi reconocimiento, amén de esa escena del squash absolutamente prodigiosa.

Lástima, pero gracias.