El cine flamenco está de enhorabuena. Estamos más acostumbrados a las películas belgas de habla francesa, pero en los dos últimos años han tenido bastante éxito dos películas de la región flamenca, esta y Bullhead. Ambas han conseguido nominación al Oscar por Bélgica. Las dos son muy diferentes pero tienen algo en común: un planteamiento trágico, duro y con una visión negativa.
Alabama Monroe golpea fuerte con un drama durísimo. Golpea porque la situación que plantea es terrible y desgraciadamente cotidiana, pero también porque a veces es algo tramposa. En algunos momentos juega sucio para conseguir que lo que ya es trágico de por sí, se vuelva demoledor. Esto, junto con algunos momentos del guión algo forzados, hace que la película no sea para nada redonda.
Pero aunque la película no sea perfecta, es muy emotiva. Consigue algunos momentos dramáticos brillantes. Además es ambiciosa. Se adentra en cuestiones filosóficas mayores: la muerte, la espiritualidad, el infinito, la moral. Pero sobre todo, recrea sin rodeos una tragedia personal hasta las últimas consecuencias. La estructura del guión está (des)ordenada con buen criterio para mantener el interés y ser honesta con la propuesta. La historia de amor va directa al grano, sin tonterías, sostenida por miradas de admiración y por gestos de cariño. La música, presente dentro y fuera de la historia, aporta una capa emocional excelente.
Alguna secuencia fuera de tono, alguna trampa hacia el final y algunos diálogos políticos que resultan algo artificiales -uno se plantea aquí hasta qué punto es un panfleto del director o es una razonable furia de un personaje desquiciado. Una película imperfecta que se puede disfrutar si no es un problema salir del cine compungido.