Duncan Zowie Haywood Jones, hijo de David Bowie y convertido en el artístico y resumido Duncan Jones que firma este film, se presenta en sociedad con su primer largometraje, después de un corto, Whistle, que gustó y que ya le enfrentó por primera vez con la ciencia-ficción.
Lo que Jones nos trae es su esfuerzo por desembarazarse de la figura de su padre, aunque no deja de ser curioso que recurrar a la ciencia-ficción, género tan ligada de diversas maneras a Bowie. Pero Jones quiere trazar un discurso propio y a buen seguro llegará con una apuesta nada convencional, diferente.
Para ello elige un protagonista absoluto, que llevará sobre sus espaldas el peso de toda la narración. Sam Rockwell puede estar más que dotado para esa tarea.
Allá donde se ha visto Moon ha gustado, y mucho. Hablo de sitios como Sundance o Tribeca, lo cual de una idea del perfil indie de la cinta, para nada una producción costosa a pesar de su aparencia espacial, lunar, exterior. Todos la señalan como el título sci-fi del año y, claro, uno está ya deseando verla. Llegó el momento.