Steve Martin es un actor que tenía su punto en algunas comedietas fáciles en los ochenta y noventa. A mí siempre me ha parecido divertido. Pero le ha pasado lo mismo que a Leslie Nielsen (sin intentar comparar su humor): está viejo. Está ya muy mayor. Por mucho que se opere o haga papeles de personaje de mediana edad es un jubileta. ¿Y por eso ya no vale para el cine? No. Ya no vale para este cine.
Pero hay que ganarse las habichuelas. Seguramente eso piensa también Jean Reno, cuya vis cómica es inexistente, y funciona más bien por ser el personaje anti-cómico, la réplica seria. Es una pena que un actor tan interesante no nos regale con trabajos que vayan más allá de película de acción rentable o comedia rentable. No todo va a ser León, el profesional, pero creo que se hace mucho cine por ahí en el que podría participar.
¿Y por qué resucitar La pantera rosa? Una vez más voy a hablar de marketing y marcas. Pero es que es verdad: "La pantera rosa" es una marca muy potente. Es sinónimo de humor y, hasta hace poco, de calidad. Por eso los productores de ésta película saben que si se juntan tres marcas con cierto pedigrí ("Steve Martin", "Jean Reno", "Pantera rosa") la campaña publicitaria funciona sola y como cada vez estoy más convencido de que el éxito en taquilla es proporcional al número de anuncios que pones en la tele-internet, la rentabilidad de la película está asegurada.
Si estáis pensando en ver ésta película por que queréis huir de cosas más sesudas y os apetece pasar un rato divertido, probad con Slumdog Millionaire, por ejemplo. Recordad también que ésta semana se estrena El luchador. Si queréis algo diferente pensad en Vals con Bashir, o pensad en ver alguna de las relacionadas con los oscars....
Cuanta menos gente vaya a verla, más posibilidades habrá de que no nos azoten con una tercera entrega...