A modo de respiro se ha tomado esta película Lars Von Trier, centrado en terminar la trilogía que empezó con "Dogville" y continuó con "Manderlay".
Y así es como se nos presenta esta película, como una golosina entre los platos fuertes, sin mucho sentido, sin más motivo que el relax, y con un sabor que no va a agradarnos en la boca. El chocolate es bueno, pero no en cualquier momento.
La película se ha rodado en tiempo record y mucho me temo que se adscribirá al DOGMA por pereza y justificación formal. Pero lo que más me interesa de esta película es que si Von Trier ha decidido hacerla es porque su guión será interesante. Si conseguimos abstraernos de esa mala construcción y nos quedamos con lo que nos cuenta, puede que consigamos algo.
Pero como lo veo difícil, el superar esa podredumbre de medios cinematográficos, pues me quedaré degustando la golosina un poco desde la distancia de un dos.
Veremos.