Aquí llega otra brisa de Oscars, sobre la vida de Ray Charles. Lo cierto es que no conozco mucho sobre su biografía, y quizá en mi afán informador debería haberme interesado un poco antes de ponerme a escribir, pero creo que contar los hechos característicos de su vida, más allá de lo que todos podemos conocer, es algo contrario al espíritu de este medio, y ni yo mismo quiero estropearme la película.
A primera vista se puede ver que aquello que probablemente sea lo mejor de la película es su protagonista, ese chico que está pegando muy fuerte, que está nominado doblemente a los Oscars, secundario por “Collateral” y protagonista por esta película, con la que ya ganó el globo de oro este año, Jamie Foxx, así, con dos “x”. Enseguida podemos ver que su interpretación es de altura. No se observan otros individuos interesantes en el reparto.
Pero pasemos a su director, Taylor Hackford. No se destaca por una filmografía llamativa, pero tiene cosas interesantes, como “Oficial y caballero” o “Pactar con el diablo”. No parece el tipo de director que se arriesgue a aburrir en el cine, aunque tampoco alguien de quien se pueda esperar algo magnífico.
La historia es suya y del guionista de la película James L. White. Es su primer trabajo, démosle una oportunidad.
Dicho todo esto, paso a mis conclusiones. Esta película parece convencional pero sólida y seguramente entretenida. Buenas intenciones y muy buena interpretación. Dos horas y media bien invertidas. Vamos al cine, esta vez no es mucho riesgo.