Debo ser ingenuo, confiado, iluso... no sé, después de mostrar mi clara desaprobación hacia Dogville, ahora voy y le calco una optimista nota de cuatro estrellas. A todo esto, comentar que Dogville es la primera de una trilogía sobre las américas de los años treinta (alguno me dirá que es sobre otra cosa), y que continúa ahora con Manderlay.
¿Cuales son las ventajas de esta película respecto a la otra? La primera es que esta tiene paredes. Al parecer el presupuesto ya le llega para más. No, ahora en serio, esto es una ventaja y no, porque la ambientación parece ser interesante, pero por otro lado le quita el punto curioso de rodar la película sin paredes. Otra ventaja es que huimos de la unidad de lugar. Mejor. Pero la mayor ventaja de estas dos ventajas es su consecuencia. El hecho de rodar sin paredes y con unidad de lugar hacen que a uno le de por experimentar... demasiado. Espero que al prescindir de estos elementos artificiosos desaparezcan también del guión los elementos igual de artificiosos.
Comentar que Nicole Kidman, parece ser que faltando a su palabra, yo no lo sé, ha salido pitando del proyecto, con lo que la personaje protagonista, Grace, ahora es interpretada por Bryce Dallas Howard, hija de Ron Howarad, la pobre, y a la que pudimos ver en El bosque (la chica ciega). Tenemos a Danny Glover, Williem Dafoe – grandísimo actor que se apunta a un bombardeo, Lauren Bacall que... repite, no haré comentarios, pero curioso. Chloë Sevigny que también repite, pues lo mismo digo. Buenos actores.
En resumen, creo que todo está suficientemente bien preparado para que no Lars Von Trier no meta la zarpa. ¿Seré un iluso?