Crítica de la película Aliento por Iñaki Ortiz

Como siempre, un estreno del particular director coreano Kim Ki-Duk, merece toda la atención de Precríticas. Por su ritmo de rodajes ya son varias las películas suyas que venimos criticando en esta web y muchas veces no con las mejores valoraciones. Se trata de un director muy irregular (o quizá irregularmente regular) pero su cine siempre vale la pena ser visto, por su belleza y su originalidad y en esto caso, como en otros, también.

Lo peor es que me temo que esta vez, además, toca obra menor. Prueba de ello es la reacción nada efusiva de la crítica que se desplazó al festival de Cannes del año pasado, donde se proyectó. Esto es especialmente significativo porque este director suele tener éxito entre la crítica convencional.

Lo que está claro es que es un director a descubrir. Suele ser el cineasta coreano al que acercarse en primer lugar. Yo diría que es el Almodóvar coreano. Su cine es extraño, apasionante, diferente. Los conceptos abstractos y la estética se mezclan indivisiblemente gracias a secuencias con una carga onírica cuando menos impactantes.

Sobre la película en concreto no tengo mucho más que decir, la premisa promete ser más del cine en el que se mueve como pez en el agua este realizador. Un nuevo ejemplo de su sana locura.Yo no tengo intención de abandonar ese mundo de momento, así que no pienso perdérmela. Recomendada para el espectador que no se asusta del cine diferente.