Crítica de la película Tropic Thunder: una guerra muy perra por Iñaki Ortiz

Sólo los falsos trailers del comienzo valen más que la mayoría de las comedias actuales. Contienen la parodia más ácida hacia el cine comercial estadounidense que se veía desde que Shane Black afilara el guión de El último gran héroe. Una vez más, se trata de una película de la industria - su presupuesto y el reparto lo dejan claro - que es quien mejor sabe ser crítica con la propia industria. Y por qué no decirlo, también con la actitud de estados unidos ante el mundo, si vamos un poco más allá.

Ben Stiller consigue algo que las parodias actuales (entiéndase que hablo de las películas herederas de Scary Movie que pueblan nuestras carteleras habitualmente) hace tiempo que olvidaron que debían intentar. Parodiar no es copiar, no es construir de nuevo, de forma mecánica los siete hits del año. Se trata de aislar la esencia más absurda del cine y mostrarla de un modo grotesco y certero. Tropic Thunder contiene parodias de escenas concretas, sí, Platoon o Apocalypse Now, las más evidentes, pero por encima de todo eso, sabe denunciar la estupidez de Hollywood con fina ironía, y esto la hace grande y mejor de lo que esperaba.

También hay chistes de brocha gorda, y muchos no están mal. Hay humor físico. Todo eso complementa la película aunque no es tan importante.

Existe un paralelismo entre la propia película y lo que cuenta que es muy interesante. De hecho, a veces se mueve tanto en la frontera entre la parodia y la repetición que uno empieza a dudar en qué momentos es brillante o en qué momento se está rindiendo ante los mismos mecanismos que está criticando. O un poco de ambas. El personaje de Jack Black, como siempre impecable en su campo, es un actor de películas de pedos y es precisamente este personaje el que carga con la mayor parte del humor físico más básico. El personaje de Robert Downey Jr. es el supuesto gran actor del método y, precisamente es su personaje el que requiere de un actor detrás con una capacidad extraordinaria, que la tiene, para formar ese personaje blanco venido a negro. Y el propio Stiller, que tiene un personaje atontado, que en cine ha interpretado a un retrasado. En cierto modo, el diferente tipo de humor está bien repartido entre ellos, a imagen de su personaje, haciendo que Tropic Thunder, en cierta manera, desde luego voluntaria, sea en parte otra más de esas películas que parodia. A veces, como digo, roza los límites de lo sospechoso, especialmente en su dirección. Pero eso está bien. Su juego entre las escenas de ficción y la realidad siempre se agradece.

Tom Cruise está fabuloso en su papel, en parte porque se queda con uno de los mejores personajes, y no deja de llamarme la atención que a cierto sector de la crítica esto le llegue a sorprender a estas alturas. Pero claro, ya sabemos que el prejuicio no está sólo en nuestras precríticas.

Un gran éxito de Ben Stiller, una comedia que sabe dar en el blanco y resaltar los aspectos más ridículos y exasperantes de Hollywood sin necesidad de hacer mil fotocopias de películas concretas Directa a la esencia.