Y llegó el final. Tras dos horas y veinte de emoción salí del cine con todos los músculos agarrotados y limpiando los surcos de mis lágrimas...La sensación de desesperanza invadía mi pecho ante tanta injusticia.¡¡¡Maldito Palpatine!!!
Este Episodio III, es el mas oscuro de todos ,de los seis, porque yo creo que ahora mas que nunca, y tal como quería Lucas, se puede hablar de una serie de episodios que cuentan una única historia, la historia que empezó a contarnos hace 28 años.
Lucas tenía dos grandes tareas que llevar acabo: 1- enseñar como y porque Anakin Skywalker se convierte en Darth Vader. 2- contestar a todas las preguntas que quedaban pendientes en los episodios anteriores. Estas dos tareas son llevadas a cabo impecablemente, y además con mucho ritmo y mucha acción de por medio. George Lucas ha conseguido acabar SU historia, sin dejar cabos sueltos y alimentando a sus seguidores con pequeñas nuevas apariciones de la antigua trilogía, como Cheewbbaca , El Halcón Milenario(en la escena que Anakin y Obi-Wan acaban de rescatar a Palpatine y llegar al hangar donde les espera una comitiva, en la parte de debajo de la escena. Me cercioré en la segunda vez que fui a verla.) o el esqueleto de lo que mas tarde será la Estrella de la Muerte.
Tiene tantos pasajes tan tristes y trágicos, que aunque sabía que todo eso tenía que pasar, me emocioné indefinidas veces... Lloré viendo como Palpatine manipulaba a Anakin para que fuera su aprendiz, mezclando el temor por perder a Padme y la sospecha de la traición Jedi a la República. Me sentí impotente viendo caer a todos los Jedi, uno a uno, y no podía creer que Vader, entrara en aquella sala llena de padawan y acabara con ellos. Desgarrador final de la esperada pelea entre Darth Vader y Obi-Wan, cuando este coge la espada de luz del ya difunto Anakin(la que dará a Luke tantos años después) y donde éste grita mientras se esta quemando vivo “¡TE ODIO! ... Contuve la respiración cuando oí el mítico sonido que hacia Vader, en su primer aliento a través de la máscara... Muchas escenas en general con mucha fuerza, donde todos los actores están a la altura. Inolvidable Christensen, con la capucha negra y esos ojos amarillos inyectados al mismo tiempo de odio y dolor... Y siguen existiendo esos pequeños momentos donde la risa surge sin quererlo, como R2-D2 escondiendose de dos robots-matones, o Yoda escalando por el brazo de Cheewbacca...
Especial mención he de hacer al magnífico personaje de Grievous. Y como no, al otra vez impecable trabajo de John Williams, adaptando el tema principal de la saga a la tristeza que implicaba este episodio.
Hemos visto el nacimiento de Darth Vader y el final de los Caballeros Jedi. Padme Amidala ha muerto, y Yoda se ha visto obligado al exilio. Los gemelos han nacido, y con ellos, “una nueva esperanza”...Ahora ya no queda nada nuevo por averiguar, ¿o si?
Gracias George, por crear esta gran saga, con la que tantos, hemos disfrutado enormemente.