Crítica de la película El Hobbit: un viaje inesperado por Hypnos

Peter Jackson le dio al texto de Tolkien, El señor de los Anillos, una adaptación digna, poniendo a su servicio una vasta obra en forma de trilogía que batió muchos récords y que entró, por derecho propio, en la Historia del Cine, así como mayúsculas, reconocido por un chorreo de óscars para El retorno del rey.

Peter Jackson intentó seguir su camino, intentando alejarse de la enorme sombra que el ojo de Mordor proyectaba, al igual que otra gente involucrada en el proyecto, como puede ser Elijah Wood u Orlando Bloom, y tras los escarceos de King Kong y de Lovely bones, que pueden tildarse sin el mayor sonrojo de sonoros fracasos, y antes de inmiscuirse a los mandos de Tintín, ha decidido volver a la receta que le funcionó y adaptar El hobbit.

La idea no puede más que generar buenas sensaciones ya que todo apunta a que se va a repetir el esquema del éxito de El señor de los anillos, pero lo que ha terminado sorprendiendo a todos es que en ese ejercicio de clonación acabe repitiendo hasta el esquema narrativo en tres películas. No cabe ninguna duda de que la Gran Industria del Tío Dólar está ahora muy huérfana de sagas con el final de Harry Potter, de Crepúsculo y con la de Los juegos del hambre a punto de ser finiquitada su rodaje. ¿Pero verdaderamente El hobbit, su texto original, da para una trilogía? Rotundamente, no. Entonces, y aquí empiezan los miedos del orco, ¿con qué nos va a rellenar Peter Jackson? Pues intuyo con material propio para que el visionado de las dos trilogías sea un todo. Y, ojo, mucho ojito Jackson, porque una cosa es adaptar y otra bien distinta es jugar a reescribir algo para lo que nadie te ha dado permiso.

Aquí se condensan todos mis miedos sobre esta película. No me cabe ninguna duda de que a alguien en Hollywood le salían los números del excel con aquellos conceptos tales como economía de escala, diciendo que mejor que todo el equipo esté un año en Nueva Zelanda si así parimos tres películas y demás pero insisto en que aquí estamos intentando sacar de donde no hay.

Con todo, una ocasión magnífica para abarrotar las salas de cine en estas fechas prenavideñas y para zamparse unos buenos cuencos de palomitas.