Crítica de la película El intercambio por Iñaki Ortiz

Clint Eastwood es un gran cineasta que suele alternar grandes obras como Million Dollar Baby, Sin Perdón o Media noche en el jardín del bien y del mal; con pasatiempos justitos como Deuda de sangre, Poder Absoluto, Space Cowboys  o Banderas de nuestros padres. Con suerte, quizá esta vez pueda llegar a pasatiempo correcto, aunque todo pinta tan mal, que el único aval verdadero es el nombre de este director, que hasta ahora nunca ha ido asociado a una película realmente mala, al menos no en los últimos tiempos.

Una premisa digna de telefilm de sobremesa que viene firmada por uno de los guionistas de la torpe Se ha escrito un crimen y algunas otras joyas televisivas como Walker Texas Ranger. Hablo de J. Michael Straczynski, del que únicamente diré en su favor que parece haber conseguido unos cuantos proyectos en cine a partir de ahora. Me temo que nos encontraremos con un guión terriblemente clásico, envejecido, que aunque pueda parecer lo contrario, no suele ser la materia prima del director, no al menos en la que mejor se desenvuelve.

La protagonista absoluta, madre coraje que le viene al pelo, es la exuberante Angelina Jolie, aquí más recatada. Parece bien dispuesta a dejar claro que puede ser algo más que sexy, con trabajos como el que recientemente realizó con Michael Winterbottom, Un corazón invencible. Lo que demuestra en realidad es que tan difícil como dejar de estar sexy es aparentar algo que no es: una buena actriz. Está más bien limitada. Me temo que demasiado peso va a caer sobre ella en esta película.

También participa John Malkovich, que será sin duda lo mejor de la película como lo era en la reciente Quemar después de leer, pero que no tendrá suficiente importancia dentro del film como para reflotarlo.

Aún con tanto pesimismo a cuestas, me agarro a la figura de ese gran clásico de Hollywood, con la esperanza de que la película, a espaldas de Eastwood, sea cuando menos aceptable. Me temo que la correcta acogida que tuvo en el festival de Cannes se debe más a un conformismo condescendiente que a una mirada más crítica.

Mientras esperamos al proyecto verdaderamente interesante, Gran Torino, habrá que conformarse con esta y sacar algo en positivo.