Volver anunció una vuelta de Pedro Almodóvar a sus inicios. El resultado es una película con aristas y con un resultado final bastante alejado, al menos, del Almodóvar que me interesa. Cuestión muy parecida, o peor, me pasó con Los abrazos rotos, película que no reflejaba más que un intento de poner en orden sus autoreferencias artísticas que naufragaba en un guión deslabazado.
En cambio, me interesa mucho más la vuelta que plantea Almodóvar en esta película, aunque sea una vuelta planteada en torno a Antonio Banderas, con quien Almodóvar no trabajaba desde Átame, hace ya la friolera de 20 años. Me apetece esa mezcla de melodrama oscuro, de esta adaptación de la novela de Thierry Jonquet, de un Almodóvar que sabe cómo bregar con la oscuridad como tan bien demostró con La mala educación, quizá la última película de Almodóvar que, verdaderamente, me gustó.
Junto a Banderas, en un papel de hieratismo obligado que hará que estemos ante un film siempre peculiar, tenemos a Elena Anaya, una actriz que está creciendo en cartelera aunque no sé si en el mismo ritmo de calidad. Junto a ellos, Blanca Suárez, Marisa Paredes o Bárbara Lennie.
Es una pena que la Academia del Cine Español le haya dado la espalda de cara a los Óscars. Muy probablemente la película estará nominada, no nos preocupemos.
Almodóvar siempre es una cita obligada para los amantes del cine, esa es la verdad.