Muchos ríos de tinta han brotado en este página sobre esta película, así que, con la ventaja del tiempo, dividiré la postcrítica en apartados.
I. ANÁLISIS CINEMATOGRÁFICO.
La película en su dirección es muy correcta. En ningún momento tira por lo hiperbólico, ni por lo original, digamos que está plenamente al servicio del guión, en definitiva, del ego infinito de los Wachowsky. La fotografía y la ambientación me han gustado, pero considero que es una película a la que le falta atmósfera. Me explico. Una vez más todo está al servicio del guión, y si se mira sólo desde ese punto de vista puede parecer también correcto, pero lo que me ha molestado es que se pretenda poner caras al gentío, a la masa, a la muchedumbre. Cada vez que se veía la televisión nos aparecía el asilo de ancianos, la casa de la familia media, el bar,...Si ellos reían o no creían lo que veíamos, sabíamos lo que pensaba la muchedumbre. Pero la película se ha olvidado de retratarnos la sociedad, su funcionamiento, no hay escenas de gente haciendo su vida diaria, sólo hay escenas de ritmo directamente relacionadas con las tramas principales y gente que ve la televisión.
El montaje me ha parecido ágil y bien llevado, todo al ritmo del libreto, como debe ser. Y las interpretaciones, sin contar la maravillosa de Hugo Weaving, el resto está correcto: los que tienen que ser exagerados lo son, los que tienen que ser ambiguos lo son (Stephen Rea) y Natalie Portman, por encima de todos los demás, magistral su rostro cuando sale del cautiverio de V.
II. ANÁLISIS DEL GUIÓN.
El inicio es interesante, pero sobra. ¿Por qué? Porque considero innecesario tener que explicar que V va disfrazado de Guy Fawkes, no me parece esencial para la trama. Tiene la misma idea, pero en épocas diferentes. Sólo apuntan la idea, pero no analizan las motivacioes que tuvo Fawkes. Y he aquí mi primera conclusión: evidente.
La evidencia lastra este guión. Y no me refiero a la escena del cautiverio de Portman. Éso es lo que menos me molesta, sino a la gran cantidad de tópicos y de narración que contiene, ¡ojo!, no la película, sino el guión. No vemos una película, continuamente nos la están narrando. Desde Fawkes, el discurso de Ivy, los ideales, los discursos de V, excesivamente verborreico, la investigación de Stephen Rea que concluye con un lamentable monólogo en alto: he ido a las ruinas del sitio y he tenido una sensación...Y el guión aprovecha para transmitirnos qué es lo que quiere V por si no ha quedado claro. Ivy sale a la azotea bajo la lluvia y tienen que ponernos dos veces la imagen de V saliendo del fuego para que nos demos cuenta del simbolismo. Por citar sólo algunos ejemplos.
Además, me parece un guión sembrado de tópicos: el dictador, con tintes nazis, se pasa toda la película gritando y amenazando; el orador, especie de Goebbels, narcisista hasta la muerte, viéndose continuamente en la televisión; el Obispo, pedófilo; y un largo etcétera. La originalidad en la construcción de los personajes brilla por su ausencia.
Claro que esto no me parecería mal en un cómic, pero sí en una película que cuando le interesa se pone la máscara del cómic y cuando no, se la quita, y cuando se la quita y falla, se escuda en el cómic.
La película arranca con una clara vocación de cómic: nada realista. Pero hacia la media hora, uno nota cómo le quieren vender otra cosa, y gana en realismo, y uno termina con la sensación del cómic como excusa para algo mucho mayor y vergonzoso: mensaje ideológico.
III. ANÁLISIS DEL MENSAJE DE LA PELÍCULA.
Dos adjetivos: trasnochado y equivocado.
¿Qué es terrorismo? Según la RAE: dominación por el terror, sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror.
¿Cómo se llama la película? V de vendetta.
¿Qué es vendetta? Según la RAE: venganza derivada de rencillas entre familias, clanes o grupos rivales.
¿Qué nos presentan aquí? Un gobierno que sale elegido democráticamente tras infundir ellos mismos el terror y aparecer como los únicos salvadores, a cambio, claro está del poder y el control absoluto. Argumento más viejo que éste. La historia de Julio César, y, más concretamente, la de Hitler. Por cierto, me parece que la saga de Star Wars, en definitiva, trata de lo mismo. En fin, nada nuevo. Utilizar el terror, el miedo y la coacción para llegar al poder.
¿Qué reivindica V? Quitarse la máscara, el símil si es más evidente directamente te insulta. Y para ello utiliza acciones que infunden terror, ¡ojo! ¿A quién? ¿A los ciudadanos? En ningún caso, sólo al Gobierno. Que es con el que tiene las cuentas pendientes. Desde luego, algo en nada aplicable a cualquier intento de actualización o equiparación con la realidad. V no mata a ningún inocente, nadie de los que ve la televisión siente terror o miedo por las acciones de V. Cosa bien distinta a la que sucede con los que ven la televisión en nuestros días.
Los Wachowsky se afanan por querer darle a la situación de la película una consecuencia lógica. Los EEUU se pasaron con la guerra y ello salpicó al Reino Unido, y aprovechan para meter imágenes de los atentados del 7J. Luego, que nadie me niegue que no quieren aprovechar para filosofar de lo que sucede aquí y ahora en el mundo.
Pero es que una vez más se equivocan y su mensaje llega tarde, porque la forma de utilizar el terror para llegar al gobierno con la propia población es cosa del pasado, cuando era necesario hundir Maines o dejar que se atacase "Pearl Harbor".
Y hoy en día los líderes del mundo no están metidos en sótanos, sino que salen y hablan; y no utilizan tácticas de persuasión goebbelianas, sino otras mucho más sutiles, recomiendo para ello el visionado de "Primary colours" o "La cortina de humo". Y se equivocan en presentarnos elementos del pasado y del presente: Corán, homosexuales, gente con aspecto de campos de concentración. No es que nos equivoquemos algunos al ver que este discurso, que por cierto está mil veces mejor en "The matrix", está caducado, trasnochado, de sainete Arnichesiano, sino que es su evidencia y lo grotesco de los vehículos utilizados para contarlo, que lo hacen insoportable, o, sin más, caducado.
A modo de conclusión, una película pretendidamente polémica y pretenciosamente insufrible, pero entretenida y vistosa.