Crítica de la película Retrato de una obsesión por Iñaki Ortiz

Mi admiración por delante. Resulta asombroso ver como una película basada en un personaje famoso rechaza de pleno las bases del biopic para realizar una obra más personal, menos explicativa y mucho más original. Y es especialmente original, no tanto por lo que cuenta, sino por lo que decide dejar fuera de la película. Donde otro hubiera contado el ascenso de Diane Arbus, el momento en que su trabajo es descubierto, el lado oscuro del éxito… lo de siempre, aquí la guionista deja fuera de la película incluso el momento en el que el marido tuviera algo que decir sobre el trabajo de ella, que por cierto, se nos enseña de refilón, y brevemente.

Ya nos han explicado en la introducción inicial quien es esta mujer y cual es su importancia, y además nos explican que básicamente nos van a contar lo que les venga en gana, una invención que funciona a modo de homenaje y no de biografía. A partir de aquí entramos en un universo extraño donde vamos viendo por sus ojos aquellos elementos que serán objeto de su cámara. Debo lamentar aquí que el trabajo de fotografía no esté demasiado a la altura y, aunque el aspecto visual es interesante, no se transmite en ningún momento una sensación artística.

Tampoco nos engañemos, esta elección valiente e imaginativa no es especialmente novedosa, hemos visto ejemplos anteriores con otros personajes famosos. Quizá lo que la haga tan especial sea la mecanización actual del resto.

Imprescindible para haber conseguido este buen resultado es el buen trabajo de la protagonista, Nicole Kidman. Además de demostrar que es capaz de afrontar todo tipo de apuestas y que no tiene inconveniente en desnudarse o en involucrarse en las situaciones más extrañas, Kidman demuestra una vez más por qué es una de las actrices más respetadas del momento. No se queda atrás Robert Downey Jr. que con pelo o sin el siempre es interesante y enigmático.

En definitiva, considero a esta película un trabajo de lo más interesante, atrevido, perverso pero de buen gusto, de múltiples lecturas y gratificante en muchos sentidos. Muy bien.