Película menor que trató de ser original allá por el año 2001, que posee un elenco de actores interesante pero una historia que no se acercará del todo a la situación política, ni tampoco dejará grandes posos de historia de vida. Un juego inconexo entorno a la figura de un nieto famoso, que no tiene demasiado sentido, aunque sí bastante curiosidad para los nativos de aquella época.
Como regalo de curiosidad, no creo que entusiasme a muchos, ni siquiera a pocos. Puede resultar un entretenimiento bastante fugaz, absortos en otros tiempos, como público, nos encontraremos lejanos de montajes modernos y tonos de cine agarrados a lo versátil, es decir, nada que pensar con las actuales intenciones y giros de cámara, todo muy de cine tradicional. Estamos hablando de siete años de diferencia. Muchos años de enfoque, que en este caso lo más probable es que resultara un enfoque experimental y valdío.
Harvey Keitel (A crime) o Gael García Bernal (como director ahora en Déficit), son los nombres grandes que se barajan en el film, pero más allá actores de siempre, que no defraudarán, viéndose aún más claro que lo que falla es la historia, indefinida y juguetona, pero poco más.