Y mira por donde, que cuando uno se acerca al trabajo de Emilio Aragón siempre piensa, algo tiene. Sabe de sobra conectar con el mundo que le rodea pero no ahora sino siempre. Conoce a la perfección aquello que va a encandilar, bien sea como presentador, humorista, productor o empresario. Aquel payaso poco gracioso es un tipo lleno de talento para el espectáculo, para ofrecer y atrapar. Su primer largometraje era lo que le faltaba y aquí está, con muy buena forma y yo creo que muy buenos mimbres.
Como una película de época en una España postbélica, la gracia del asunto es el pedazo de elogio y conmemoración que hace de los actores del momento, su situación y su sentencia de vida. En ese universo simpático pero también lúgubre por el momento él se puede mover como pez en el agua, puede hacernos reir y llorar a su antojo con su capacidad para transmitir y con la ayuda del otro guionista, Fernando Castets (El hijo de la novia o Luna de Avellaneda) que tampoco es manco.
Me gustaría aclarar que esta es una de esas películas ordenadas, bien llevadas, que peca de ingénua en algunos momentos, pero no por torpe, sino intencionadamente, tratando de mostrarse fluida en las situaciones, en el vivir, en el sentir de la época, como si aquellos fueran más dicharacheros y joviales que nosotros. Ese viejo tono de personajes de época habrá que soportarlo porque es positivista, es optimista, y no se trata de un drama sino de una anunciada intención de comprenderlos, disfrutarlos y también sentirlos en el dolor.
Así, como una muestra bonita, pero dura, sin ser carnal, creo que este film gustará a todos, encandilará a unos menos y no será rechazado abiertamente de segundas, cuando el film se repase y un par de opiniones nos digan acércate y verás que merece la pena. La niña de tus ojos era algo como esto pero con más publicidad a favor, y esto lo digo, porque Emilio Aragón sobre todo, tiene buenos amigos pero también muy buenos enemigos.
Imanol Arias y Lluis Homar son los encargados de dar vida al peso máximo del film. El primero lo dará todo en un momento cansado de tanta serie de éxito, y el segundo, en un segundo momento de gracia donde todo lo borda se mantendrá en su línea. A partir de ahí veremos a Carmen Machi que no para, siempre en su papel, no hay para mucho más en cuanto a su curriculum último, o Luis Varela, siempre tan necesario como secundario en general. Una nota, el niño, la parte más pura de la película, la que va a gustar a los más tierno, está interpretado por el mismo de El orfanato, Roger Príncep.