El primer director español que se alza con el premio ganador de la Espiga de Oro en el Festival de Valladolid es Gerardo Olivares, el responsable de este documental que juega entre realidad y ficción entorno a el desierto del Teneré, los viajes en patera y la inmigración como centro.
Después de este éxito sólo se puede esperar una película que al menos cumpla con el objetivo tanto de denunciar y mostrar, como de sorprender a un espectador no demasiado acostumbrado a acercarse al género.
Espero entonces, bastante movimiento de guión, al basarse bastante en la ficción para ayudar a mostrar un drama que cubre una distancia no demasiada larga entre ambos continentes bajo la custodia del Estrecho de Gibraltar. Por lo demás, un ejemplo en grande, y no como en esos mini reportajes televisivos que saben a poco, como la mayoría de las veces únicamente podemos llegar a capturar visualmente el problema.