Presento esta precrítica con enorme retraso (lo siento) respecto al estreno de la película en cuestión: Una historia ficticia acerca de la posible gestación de un cuadro de Vermeer sirve de excusa para que nos entreguen una película pequeña, íntima, de sentimientos fuertes pero meticulosamente contados y no ampliados, en la que lo importante va a ser la imagen, el color, la fotografía, la pintura en movimiento, los cuadros de Vermeer hechos cine.
Por supuesto que hay gente con cuajo delante de la pantalla, basta con nombrar a Scarlett Johanson, esa jovencita que va creciendo, que va asentando y demostrando su talento poco a poco. Pero lo más importante estará, como digo, en ese trabajo de traslación de lo que Vermeer nos legó en sus lienzos hasta lo que el director de fotografía sepa interpretar, en su trabajo para el film, de las pinceladas del artista alemán.