Crítica de la película Outlander por William Munny

¿Qué decir de Outlander?, una película con la fantasía y la aventura como propuestas, pero con ese toque comercial en el cruce de géneros para provocar a las masas y a la novedad. En ese juego de mezclas no creo que me encuentre demasiado cómodo, porque siempre tendré presente películas como Pathfinder, de las más recientes y geniales a la hora de representar a los vikingos, que son enteras y verosímiles al menos con sus personajes, la exageración es solo producto de la propia acción y batalla. Es cierto que el cruce de culturas para reavivar los films de este tipo, como en El guerrero nº 13, es necesario, pero no hasta los límites que nos propone el film, y sino vean.

Y en este espacio es donde va a cojear una película que me gustará ver pero que no me creeré, y donde los personajes se hablarán sin tener demasiado sentido que lo hagan, a ver cómo se las apañan para la intercomunicación, cuando vean el film sabrán a lo que me refiero. Porque en el resto de temas, como la ambientación, o la dirección, con copiar métodos sencillos de mostrar batallas y poblados similares de otros films será suficiente, será suficiente para mantener una cinta que tiene el lujo de un presupuesto razonable y la simpatía de un público predispuesto, pero es enteramente un publico comercial el que aplauda la película sin peros.

Howard McCain, como director en TV, es también el guionista de anuncios de próximos films como Conan o Underworld: rise of the lycans, plausibles pero probablemente sin ese punch a favor de ser films para recordar por sus detalles de calidad propios ni sus héroes potentes. Dirigirá a la estrella del film Jim Caviezel, que viene de ser  el malo en Déjà vu, y ahora recuerdo su esforzado trabajo en La pasión de Cristo, y me pregunto porque no me sale su nombre cuando hay loterías de los mejores y más valorados…

Acompañan una predispuesta Sophia Miles, trotamundos de Tristán e Isolda o Underworld: evolution, que aportará momentos pero no es una grande, y un enorme Ron Perlman (básicamente Hellboy), que no se cansa de destacar aunque no pase de ahí su momento.  John Hurt (Los crímenes de Oxford)por su parte adicto al trabajo se encarga de ayudar un poco, pero la historia será tan sencilla como lo son todas pero en un contexto que hará de las frases de honor y fiereza, un desligado caer de emociones que suenen a veces a broma mal contada.