No
puedo negar que esta película es una más dentro de una línea que
ya está muy trabajada. La defino rápido: es una película de videos
domésticos en los que se cuenta un apocalipsis vírico. Es decir,
nada nuevo, y puede resultar preocupante que este formato de found
footage esté siendo tan utilizado que ruja ya con notables signos de
agotamiento. Sin embargo, me parece un proyecto interesante.
Muchas
veces parece que este tipo de películas no necesitan un director
solvente detrás, ya que el material precisamente debe parecer de
aficionado. ¿Quién me dice los nombres de los directores de El
proyecto de la bruja de Blair o
de Paranormal Acivity?
Y sin embargo, cuando un director con solvencia se ha puesto a los
mandos de un trabajo de este tipo, por ejemplo, Balagueró en REC, el
resultado ha sido notablemente superior. También hay que saber
"hacerlo mal". En esta ocasión tenemos a Barry
Levinson, que no es que
tenga una carrera precisamente brillante, pero que al menos tiene
cierta experiencia y algunas películas apreciables. Me parece osado, además, que un tipo con cierto
nombre como es Levinson se lance a este proyecto tan propio de un
joven desprejuiciado.
Parece
que al equipo de José Luis Rebordinos le ha parecido un proyecto
suficientemente interesante como para programarlo en la sección
Espciales del festival de San Sebastián. Está claro que el director
del festival no le tiene ningún miedo al cine de género, cosa que
me alegra. Veremos si tenemos una sesión de buen terror en el Zinemaldi.