Por muy patrio que parezca mi título, estamos ante una cinta china, como alguno habrá podido adivinar por el poético nombre del film, que evoca la belleza a la que nos tiene acostumbrados el cine oriental cuando se ponen dramáticos. Pero dejemos los tópicos a un lado, porque vamos a hablar una película de Yimou Zhang, uno de los realizadores mandarines más grandes de todo la historia.
El señor Zhang no atraviesa por uno de sus mejores momentos. Esta cinta que nos ocupa, fue dirigida entre Una mujer, una pistola y una tienda de fideos chinos y Las flores de la guerra. La primera, fue una adaptación libre de Sangre fácil de los Coen, dónde demostró que no le faltaba sentido del humor y siguió demostrando un gran nivel visual, pero con un resultado un tanto imperfecto en su conjunto. Con Las flores de la guerra, se agenció el titular de la película más cara de la historia del cine chino, con la que sus productores buscaban diversas nominaciones a los Oscar. Al final, esta película no ha optado ni a nominaciones (lo que ha levantado agrios debates sobre el poder de Japón en los estudios de Hollywood y su clara oposición por la temática que trataba), ni a estreno en Europa, ni por supuesto a resarcir las arcas de sus promotores. Entre medio de los dos "fiascos", Zhang se puso tras la cámara para dirigir esta adaptación de la novela homónima de Ai Mi.
Yimou Zhang ha sido más conocido para el gran público por films como Hero, La casa de las dagas voladoras o La maldición de la flor dorada, cintas con gran tradición china de espadachines, visualmente muy llamativas y con un nivel de acción más que aceptable. Pero realmente este director se dio a conocer ( y dónde sus seguidores lo empezamos a adorar) con cintas sensibles a la vez que con gran fuerza narrativa, con historias de gran belleza, profundas, apasionadas y tristes, como Sorgo rojo, La linterna roja, Semilla de crisantemo o El camino a casa. Amor bajo el espino blanco, parece acercarse mucho al estilo de estos títulos, desarrollados en la china rural, lejos de pomposidades y grandes efectos, con una conmovedora y desgarradora historia como motor de la trama. Siempre es complicado innovar, pero cuando a alguien se le da bien algo...es muy difícil que el resultado no alcance un mínimo nivel. Apuesto por el drama que lleva este hombre dentro, y lo que sabe expresar a través de sus imágenes y la música que elige para acompañarlas. Si todavía no lo has probado, esta es una estupenda ocasión para ver a un realizador volver a hacer lo que mejor sabe hacer: emocionar.