Francis Veber, después del "La cena de los idiotas", no tiene porqué excusarse a la hora de hacer cine de comedia. El resultado de este film seguro que es tierno y alegre para con el género pero a mí me da en la nariz que repetir o volver atrás es quedarse corto.
En España la necesidad de volver a colocar la palabra idiota en el título de la película presagia demasiada necesidad de sacar partido al film a un público que saben positivamente repetirá. ¿También habrá sucedido con Veber?. No lo sé, pero estoy casi seguro de que el resultado será más flojo a pesar de ser una buena película. Ante todo a sonreir.