Crítica de la película Cosmopolis por William Munny

Cronenberg de mis amores, has vuelto a tus andadas. Después de buen cine pero más formal, estructurado, no tan fantasioso, Un método peligroso, Promesas del Este o Una historia de violencia por ejemplo, te apetecía lo que te apetece a ti siempre y has vuelto a las andadas.

La propuesta es ese cine fantástico pero con los pies en la modernidad occidental, con rasgos de acción pero donde lo importante es la tensión psicológica de los personajes y sus conversaciones, donde prima la elegancia y los momentos clave del misterio del personaje central. Un rollo Videodrome, un rollo La zona muerta, un rollo El almuerzo desnudo, un rollo Cronenberg. Aún me acuerdo de eXistenZ…

Valiente con el gran público porque retornar a ese cine tan particular tiene sus grandes peligros. Por un lado tiene a tu público de siempre, el que te conoce y es fiel, por otro el que te ha conocido en tu nueva y última etapa y no conoce tu pasado y lo puedes perder, y el de la juventud que está acostumbrada a un cine de acción y no tanto que la use como medio para otro fin.

Tengo fe, sí. Aunque Robert Pattison (Crepúsculo) sea lo menos sostenible de todo, otros actores de garantías podrán asentar los momentos del film importantes, los diálogos, Paul Giamatti (American Splendor), Samantha Morton (Código 46), Juliette Binoche (Caché) o Sarah Gadon (The moth diaries). Futurismo, mundo irreal…