Crítica de la película Pagafantas por Romulo

Pagafantas llega cuando hace escasas fechas el cine español ha alcanzado el nº 1 de taquilla con otra comedia de lo más ligerota: Fuga de cerebros. Pero a diferencia de aquella, aquí extiendo mi voto de confianza, de salida. Citaré los nombres que me llevan a ello.

El primero, el grupo tras el proyecto, encabezado por Cobeaga. No pertenezco ni mucho menos al séquito de grandes seguidores de algunos de sus trabajos en formato corto, como Éramos pocos; no me parecen tan diferentes o meritorios como los de su compañero Vigalondo, por ejemplo. Aún así, sí me parece Cobeaga un tipo inteligente que sabe lo que debe ofrecer en el momento adecuado, en el punto justo. Creo que ese instinto lo habrá afilado aquí, con Pagafantas.

Sigo con Gorka Otxoa, un actor que sabe ser gracioso, que sabe funcionar pero que muy bien en ciertos registros. Aquí, en ese rol de pagafantas, va a ser el protagonista idóneo. Este punto es quizá el que más claro tengo.

Desconozco por dónde nos podrá salir la actriz que le acompañará, Sabrina Garciarena. Una incógnita para mí. Veremos.

El tercer punto interesante es que me gusta mucho el grupito de secundarios que apoyarán las desventuras de Otxoa: ese viejo zorro que es Ladoire, o algunos de los chanantes o muchachados (como prefiráis): Ernesto Sevilla y el grandísimo Julián López. También anda por ahí un rostro muy conocido para el habitual de Euskal Telebista: Santi Ugalde. Escuela Vaya Semanita, como Gorka Otxoa.

Son gente que en un registro de comedia pertenecen a la primera fila de nuestra industria, gente de fiar en este género. Esperemos que Cobeaga haya sabido ofrecerles un guión a la altura. Y ojo, no me importará absolutamente nada que sea de lo más tontuno. ¿Acaso eso es un problema?

Los problemas pueden ser otros, así que veremos, veremos...