Ya he comentado en el blog mis
opiniones sobre la saga de Scream. Podemos empezar a enumerar
defectos y tendremos para rato, pero lo cierto es que Wes Craven ha aportado bastante al género y sobre todo, ha indagado mucho en la
esencia del mismo. Ha conseguido un tono muy afinado entre el terror
y el humor, la autoparodia. De hecho, sería difícil decidir cuales
de los defectos de las películas no son precisamente voluntarios.
Cada una de las tres películas
anteriores tiene una justificación como caso de estudio, ahora la
cuestión es si esta última parte encontrará su propia causa. Quizá
la busque en los retornos tardíos a las sagas, quien sabe, pero algo
me dice que a estas alturas, el director sólo volverá a uno de sus
mayores éxitos con una buena idea que la justifique.
Quizá la tercera parte no estaba todo
lo bien desarrollado que debiera, pero creo que ha habido tiempo
suficiente como para hacerlo mejor. Y dato importante: precisamente en esa tercera parte en la que Kevin Williamson no
participó como guionista. Ahora vuelve a estar al frente del guión,
sin duda una buena señal.
Preparemos las palomitas, y no tengamos
miedo a reír bien alto, aquí la cuestión es disfrutar, no hace
falta que en el apartado de "género" figure "comedia".