¿Qué se necesita para hacer un buen film de terror? Muchos dirán que es indispensable la sangre y los sustos, pero un servidor siempre ha defendido que para que una película funcione basta crear una buena atmósfera. En Eden Lake los tiros van exactamente por ahí. Tenemos a los típicos pardillos, el entorno aislado del resto del mundo y los poco sociables lugareños. De ese conjunto de elementos se pueden sacar muchas cosas interesantes, desde un splatter en toda regla hasta un film de contención. Seguramente esta película adoptará una postura intermedia, pero no cabe duda de que su atmósfera será tan tensa que conseguirá mantenernos pegados a la butaca. Eso si, tampoco se escatimará en recursos algo más bestias.
James Watkins promete deleitarnos con una muestra perfecta de ese cine de terror tremendamente agresivo que hacen los británicos. Su trabajo gustó en Sitges y ya le han encargado rodar la segunda parte de ese clásico del terror moderno que es The descent. La pareja protagonista está compuesta por dos actores emergentes. El alemán Michael Fassbender acaba de superar con éxito un papel complicado en Hunger, de Steve McQueen, mientras que Kelly Reilly todavía disfruta de su incursión en Orgullo y Prejuicio mientras rueda con Guy Ritchie. Puede que el argumento de la película sea predecible, pero este tipo de propuestas siempre se disfrutan. Si sabe jugar sus bazas no cabe duda de que Eden Lake será uno de los thrillers de año.