Se me hace bastante complicado hacer una precrítica sobre una película de Wong Kar Wai. Cuando se tiene una especial debilidad por un realizador, no resulta fácil ser objetivo y aún así, me asaltan las dudas. Estamos ante su primera incursión americana y no sé si eso habrá supuesto un cambio en la personal manera de rodar de este director, que como propio creador de las historias que nos narra, nunca deja que el guión sea un límite para sus creaciones. Espero fervientemente, que cruzar el charco no influya en su peculiar estilo tan característicamente bucólico e impreciso, que hacen de él un artista tan particular. Pero me uno a la precaución de mis compañeros Hypnos y Rómulo, sin atreverme a ofrecerle esa quinta estrella de la perfección.
He tenido la suerte de gozar de toda su filmografía y puedo asegurar que estamos ante un amante del romanticismo, preso de sus propias obsesiones. Su evolución ha ido hacia un lirismo único, pura poesía en imágenes. Muchos premios avalan a Wong Kar Wai (y perdonar que ponga antes el apellido que el nombre, es la fuerza de la costumbre), que en occidente se dio a conocer con Chungking Express, aunque ya había realizado Cuando caen las lágrimas y Días Salvajes. Este contraveneno del oeste y Ángeles caídos, pasaron un poco más desapercibidos, pero después consiguió el premio al mejor director en Cannes por Happy together. Tras ello, llegaría el culmen con la maravillosa Deseando amar, que pasó por los Festivales de medio mundo acaparando galardones y su especie de segunda parte, sin serlo realmente, 2046. Lo último antes de esta escapada a los Estados Unidos, fue una de las partes que conformaban Eros, siendo sin duda alguna, el mejor de los tres relatos. Con su nuevo trabajo nos presenta un drama apasionado, que espero no pierda ese hálito de ensoñación evocadora marca de la casa.
Esta vez no contará con su actor fetiche, Tony Leung, pero gozará de un reparto mucho más que digno. Jude Law ( La huella, Closer), Rachel Weisz (El jardinero fiel, The Fountain), Natalie Portman ( Las hermanas Bolena, Star Wars Episodio III) y la cantante Norah Jones, de la que Wong quedó prendado por su voz, algo a reseñar, dado la importancia que adquiere la música en los films de este director chino.
Si nunca has gozado de la experiencia de ver un film de Wong Kar Wai, puede que esta sea la ocasión idónea, porque saber que hay una producción americana detrás puede que tranquilice a muchos. Yo sin embargo, espero que este premisa no se note en el resultado final y podamos disfrutar de esa única y especial visión que tiene este autor.