Simpática y poco atrevida además de ausente. El Cerro Bayo de Victoria Galardi ha sido como una pistola que la llevas en el bolsillo día a día aunque no te haga falta y cuando uno quiere hacer uso de ella, ¡chast! se encasquilla. Esa ha sido la sensación que me ha dejado la cinta de Galardi, que de una historia familiar y un ambiente paradisíaco de lagos y montañas no ha sabido sacarle jugo a ningún personajes, a ninguna situación. Y cuando podría sacar petróleo la pistola se encasquilla. Buenos ingredientes y un plato muy de andar por casa. Y es una pena porque al margen de los minutos de humor y parodia con Inés Efron que pueden ser útiles para sacarle lo bueno al asunto y desintoxicar el ambiente la cinta apenas explota los retratos sicológicos de su personajes, apenas exprime el limón. No profundiza, se queda en la superficie, una pena.
Ya es la segunda vez que viene a San Sebastián esta directora y la verdad es que premio sus intenciones con este film. Amorosa soledad era una comedia al uso y Cerro Bayo parece asomarse como algo más serio, intenciones no le faltan, de eso no hay duda. Pero se queda a años de luz de un film dramático con idas y venidas de personajes, secretos, mentiras, misterios...vamos, que he echado en falta una trama potente, al menos con forma. Me ha parecido que la película se ha ido desinflando, como si de un globo pinchado se tratara. Eso sí, el film entretiene, te hace reír, es muy llevadero pero ni sientes ni padeces, sin chicha. Apenas sientes el frío del cerro. Cuando tiene que demostrar por qué está en la Sección Oficial no lo hace y lo que te demuestra es que está en un nivel más bajo. La cuenta por favor.