Crítica de la película Ellas por William Munny

Ellas transcurre en un terreno plausible en la primera parte de la película, parte en la que se centra de una manera sosegada en comenzar a introducir a un público cada vez más inquieto, dependiendo de la edad moral del mismo, entorno a las vivencias normalizadas de las dos estudiantes iniciadas en la prostitución.

Sin embargo, en una segunda parte más pendiente de entretener que de justificar y ser coherente, se pierde en una Juliette Binoche, como siempre excelente, pero forzada a meterse en situaciones de escena incompleta. Cierto tono de injustificación de personaje, autopista de sentimientos sin darnos tiempo a asimilar los porqués de sus acciones, como simplemente teniendo que imaginar por nuestra parte.

Aunque es cierto que esto deja la película en un limbo decepcionante, con una escena final llena de simbolismos demasiado obvios y casi denigrantes para el inteligente espectador, también no es menos cierto que la película trata de ser algo propio constantemente. El juego y tabú de eses mundo transportado sin moralismos a la sociedad común, el abrazo a la idea mezquina del sexo evitado para prosperar la normalidad. La familia dejando a un lado el ruido del deseo para subsistir, la necesidad de la prostitución en inveitable concesión a la lujuria. Son todas ellas reflexiones que se pueden hacer en el cine, aunque algunos se salgan escandalizados de la sala, así fue, pero en este c aso fallan las formas en una parte final que se le escapa de las entrañas a la directora en el terreno más importante, en el de la profundidad del personaje central.

No se puede lograr esto simplemente soltando primeros planos desde el principio, por mucho que sea la Binoche.