Crítica de la película Secretos cantados (Los héroes de la familia) por Romulo

El musical parece estar viviendo una suerte de rejuvenecimiento, una nueva época dorada amparada en dos o tres éxitos hollywoodienses, tales como Chicago o, por supuesto, la causante de toda esta moda retro, Molin Rouge. Entre otras cuestiones, esto ha implicado un renacimiento también en Europa, como bien conocemos en España a raiz de esas tonterías de este y aquel lado de la cama.

En Francia, recordará el más avispado, también ha habido algún que otro caso. Me viene a la memoria 8 femmes, una premisa interesante que quedó convertida finalmente en otra intrascendente chorrada a la que, eso sí, agradezco haber conocido a Ludivine Sagnier.

Pero en Francia la cuestión es diferente. Como casi siempre, al menos si hablamos de cine. Y es que el que haya seguido el cine de ese otro lado de la frontera (que no de la cama) sabrá que allí nunca le han tenido miedo al musical. No es que sea su género preferido, pero tampoco lo han tenido enterrado en el baúl durante décadas, como les ha pasado a los americanos. Y para aquellos que no se den por satisfechos con vagos comentarios, un ejemplo bien claro: On connaît la chanson, esa rareza (con un ligerísimo parecido con Todos dicen I love you en su premisa) firmada por Alain Resnais.

Ahora nos llega otro título en la línea más francesa del género: impecable ambientación, un buen puñado de canciones, mucho trabajo de maquillaje y otro buen puñado de actrices de renombre. Lo habitual en Francia, vaya. Emmanuelle Beart, Catherine Deneuve y Miou Miou son algunas de las féminas que desfilarán por la pantalla disimulando gallitos. Y como casi siempre ocurre con el musical galo, el resultado será tan impoluto como aburridillo, frío. De estas cosas que no te dicen nada. Pero nada, aunque te lo digan cantando.

Por si acaso el lector no se fía y quiere más datos, ahí está el currículum del director, ese tal Thierry Klifa, que no es el nuevo fichaje africano del Barça para el centro del campo, si no el responsable de apenas dos peliculillas poco conocidas. Tan sólo una de ellas, Une vie à t'attendre, ha tenido distribución internacional. Pero sólo en el mercado anglosajón; aquí en España, nanai de la China.

En definitiva, poca experiencia manejando circos como para que ahora el show salga fluído y sin que se funda ni una bombilla en algunas de las actuaciones. Ahora, que si eres de los que disfruta viendo a las grandes divas de la actuación francesa luciendo sus talentos, adelante.