Lo del plano de Willis, ese verdadero tipo duro que lo aguanta todo, está situado cuando oferta un helicoptero a cambio de dinero y tal, pero todo lo demás para cualquier actor que esté dispuesto a hacer realidad las majaderías de guión e interpretación de Siri y compañía.
El eterno arranque del policía, en este caso negociador, que sufre una muerte de la que no puede evadirse en un remordimiento hiriente, me resulta digno, pero si mantiene un dolor compaginado con la evolución de su personaje durante las escenas que le hagan superar el trauma. Lo que es cierto es que esta evolución no se da, y tan pronto le duele mucho como que no se acuerda, aderezado de un dramatismo total ante la idea de la muerte de su familia. En ningún momento, ni siquiera cuando recupera a su familia de forma presumible, la interpretación está a la altura de la presión como en cientos de películas en las que esta actitud se muestra al menos digna.
Pero además de todo esto que ya de por sí deja bastante de desear al respecto de la calidad del film, los derroteros del guión viajan hacia tres infelices demasiado jóvenes para ser malos secuestradores que no mantienen el tipo, una casa que parece de pánico y un par de niños sin demasiada chispa secundados por un padre lento y poco gesticular que parece ser un mafioso más bien estúpidamente necesario para los malos malosos de turno.
Hubiera preferido una fantochada como cualquier otra exagerada maniobra de acción en lugar de un intento rebuscado y mal rebuscado de idear una historia truculenta y llena de tejemanejes sin sentido. Que el señor protagonista coja y descoja el mando de las operaciones, tenga conversaciones en solitario con el secuestrador ridículo puerta con puerta, hable por teléfono con un sucedáneo de Mackauley Culkin en "Solo en Casa" que viaja por los huecos de una casa de ensueño y que el chico silencioso que pone caras, para dar mucho miedo, pero que solo dispara y tira a gente de pisos superiores para acabar de manera apocalíptica en plan religioso, con María enjutada en una túnica al uso, no es en absoluto pasable, es ridículo hasta en una películita de acción.
El final, es bochornoso, sin rostros de malos, con una alianza a convenir que acaba con un experto tirador de bala que recuerdo sigue con un disparo en la pierna desde hace muchos minutos. Despreciable, teniendo en cuenta que los títulos de crédito, además, no vienen a cuento.