Menudo cambio de tercio nos ha hecho Juanjo Elordi. Si con anterioridad había dirigido películas animadas como las dos de Olentezero o Anjé. La leyenda del Pirineo, destinada para el público más infantil, entrañables y mágicas en su intención, ahora nos sorprende con este especie de South Park, con sus esperpénticos personajes, sus limitaciones técnicas, sus tacos y supongo también, sus chistes de mal gusto. Que nadie me malinterprete, yo me troncho con South Park, pero mucho me temo que esta cinta estará a años luz de su sarcasmo e irreverencia.
La animación, pues sí, es como aparece en el cartel, horrible. Tampoco es algo que me pudiera preocuparme demasiado, si sospechara que la historia mereciera la pena, pero ver las gamberradas que un grupo de estrafalarios dibujos pueden provocar en un viaje alrededor del mundo, no es lo que más me motiva.
Que nadie meta a sus hijos pequeños a verla, esto no es Los fruitis versión moderna, aunque el film se anuncie como una clásica aventura en siglo XXI. La adjetivan de crítica, satírica y exótica. Si, quizá ese vaya a ser su principal problema, que de tan exótica se hayan pasado tres pueblos y no haya quien se la trague, ni siquiera los amantes del humor más negro.