Estamos ante el segundo largometraje de Santiago Lorenzo, que empezó en esto del cine creando una productora, con la que dirigió un corto documental nominado a los Goya, titulado Manualidades y produjo otro de animación con el que si que se llevó el Goya en esta categoría con Caracol, col, col.
Casi hace diez años, debuto con su primera película, Mamá es boba, a la que un sector de la critica valoró como una apuesta arriesgada y original dentro del cine español. Esta cinta fue galardonada con el Premio del Público y Mejor Interpretación en Alcalá de Henares y nominada al Premio FIPRESCI en el Festival Internacional de Cine de Londres. Para los que se pierdan con tanto premio y atiendan un poco mas a las opiniones personales, que sepan que Santiago Segura opinó que el único fallo que le veía a esta comedia era que no le hubieran ofrecido un papel.
Así que nos encontramos ante una comedia negra, escrita y dirigida por Lorenzo, que seguramente no será plato de buen gusto para la amplia mayoría del público, pero que quizá muchos disfrutarán por el tono liviano y lejos de pretender lo que no es. Con una trama quizá un tanto absurda, pero ¿lo suficientemente bien hilvanada como para hacernos pasar rato divertido? Puede ser, pero yo ante la duda, prefiero guardarme mis seis euros para otra ocasión.
La protagoniza Diego Martín, mas conocido quizá por su papel de ricachón en Aquí no hay quien viva, pero que ha participado ya en otros títulos como Los Borgia o Días de cine. Le acompañarán Antonio Molero, Fiti en Los Serrano, el veterano Juan Antonio Quintana (Gal)y Roberto Álamo (Los dos lados de la cama) entre otros.
Quizá me lleve una pequeña sorpresa si la veo, pero poco optimismo me queda ya ante las comedias españolas, por muy novedosos que quieran intentar ser. Como mucho podría luchar por su aprobado.