El musical, al más puro estilo español, al menos agarrándose a la tendencia que marcó El otro lado de la cama y su segunda parte, ambas escritas por el director de este film, retorna en una comedia romántica rodada en Tenerife. Se trata de algo que quiere ser fresco, alegre y conciliador con el público y el suyo tendrá seguro, estas cosas emocionan a muchos.
Sus anteriores películas, Días de fútbol y Días de cine, la primera sin más y la segunda un desastre, no auguran mucha más cantidad de calidad en este nuevo producto sin pena ni gloria, únicamente reservado para tardes sin absoluta tendencia por el enriquecimiento personal. Entretenerse es lo único que podremos sacar probablemente, y a veces incluso ni eso, con algún que otro chirrio que hasta a los más benditos provocará algún momento del film. Pero hay público para ello y por eso se persiste en el género, no se puede negar.
Ver a salto y a canto a personajes como Miren Ibarguren, de la serie de Aida o Escenas de Matrimonio que estuve entre Las 13 rosas y gran actriz de comedia, o Quim Gutierrez (Sangre de mayo), así como Angie Cepeda (ahora mismo con El mal ajeno) o Diego Martín (Pájaros de papel), será un aliciente curioso y un tanto morboso. Lo único que se me escapa es la entrada en escena de un Eduardo Blanco (Naranjo en flor entre otras) que uno piensa aún no necesita este tipo de andanzas pero como vale para todo lo sacará adelante seguro y bien.