Hace no demasiado tiempo, una nueva película de Jean Pierre Jeunet, en mi caso, era sinónimo de cita en rojo o como se le quiera llamar. Hoy me pasa, viendo imágenes de Micmacs, y, estoy con Cassady, con un título que incluye la palabra follón, me siento frígido.
Si no pusiese freno a mis pensamientos me saldrían expresiones del tipo: más de lo mismo, imaginación seca, chupar del bote, no sé qué hacer y vuelvo a los orígenes, pero allí no hay nada y otras lindeces del género.
Jeunet, en mi modesta opinión, llegó a su cima creativa con Amelie y El largo domingo de noviazgo y no ha sabido recuperarse.
¡Un momento me direis! Pero si Micmacs es su primera película tras El Largo domingo de noviazgo. Efectivamente, pero todos quedamos en que estamos en Precríticas, ¿no? Parece una vuelta a La ciudad de los niños perdidos de una película que ha tardado dos años en llegar a España. No sé vosotros, pero yo veo esta imaginería visual y me recuerda un poco a Mortadelo y Filemón.
Nobleza obliga, pero menos...