I love Huckabees, o quizás más bien I Heart Huckabees, viene a ser el título original de esta película, jugando en el mismo con la imagen gráfica del corazón. Y yo también love y heart y amo, profundamente, toda clase de proyectos que parten de la seriedad del trabajo de sus creadores y del inmenso talento de un reparto deliciosamente elegido para parir, desde ese punto de partida (y de parto) un producto excéntrico y rico en su originalidad. Como, según apuntan todos los elementos, parece que va a ser esta película.
David O. Russell, hasta la fecha básicamente conocido por 'Tres reyes', ha llamado a filas de nuevo a Mark Wahlberg (paciencia, este chico no es tan malo, hacerme caso; ¿acaso no lo habéis visto en ¡Boogie Nights'?) y lo ha rodeado de una pandilla de cracks de auténtico nivelazo: Isabelle Huppert es caviar para cualquier película; Dustin Hoffman estamos deseando que sea recuperado para el buen cine de una vez por todas; Jude Law puede que vuelva aquí a encontrar otro vehículo de lucimiento, y Naomi Watts es un diamante en bruto. Muy diamante. Ya no tan bruto.
Lo mejor de todo es que nadie parece, hasta la fecha, capaz de resumir la premisa argumental en las clásicas sinópsis de esta revista o aquel programa del multicine de turno... Es un buen presagio, de rareza, de máxima originalidad. Buenos augurios.
P.D.: Una vez más, la traducción del título, vergonzosa.