Crítica de la película Manhunt por Keichi

Yo cuento treinta y seis


2/5
30/11/2008

Crítica de Manhunt
por Keichi



Carátula de la película Los seguidores del slasher estamos más que hartos de remakes innecesarios pero también de películas mediocres que, lejos de aportar nada nuevo el género, se limitan a repetir los esquemas de sus predecesoras para peor. Aunque no sea lo habitual, nada impide llevar a buen puerto una trama clásica, como acaba de demostrar Mark Tonderai con su opera prima. El problema surge cuando esta tipicidad juega en contra de la película. Es el caso de Manhunt.

Al igual que Hush, la película del director noruego Patrik Syversen bebe del cine de terror de los años setenta, donde de hecho pretende la película. Un grupo de amigos al más puro estilo cuadrilla Scooby-Doo -furgoneta incluida- se detienen en una apartada estación de servicio alejada de la mano de dios. Como era de esperar, hay un encontronazo nada amigable con los habituales y lugareños. Los bochornosos diálogos del principio sirven para ponernos en situación antes de que empiece la masacre, aunque el director podría haberse saltado por completo las relaciones entre los personajes viendo lo poco que repercuten más adelante en la historia. Suceso inesperado y comienza la carnicería. ¡Y no ocurre nada más!

En efecto, durante el resto de la película tenemos que contentarnos con una serie de interminables persecuciones por los bosques. Dejando a un lado la cacería -rodada con buena intención pero sin demasiada fuerza- solo nos quedan las muertes. Siendo solo cuatro los implicados no van a ser muy numerosas y echamos en falta que en la furgoneta no viajaran dos o tres personas más. Solo impactan las primeras y la última, ejecutadas a través de ese gore realista que se lleva ahora. Para suplir esta falta de sangre la cámara se detiene cada dos por tres en las caras y los planos, alargando las escenas hasta el límite de lo aceptable. Uno espera que tarde o temprano ocurra algo inesperado, pero es en vano. La ausencia de música acrecienta este defecto. Resultado: La película apenas sobrepasa la hora de duración pero da la impresión de que dure casi dos.

Obedeciendo a las normas del survival, los actores no hacen más que ceñirse a los clichés, actuando además de manera bastante pobre. Se nota demasiado que Kristina Leganger Aaserud, Jørn Bjørn Fuller Gee y compañía son primerizos. Entendemos que Patrik Syversen no ha contado con demasiado dinero para rodar su primera película, pero no se puede pretender que esto salpique al espectador. En efecto, producciones más modestas y más convincentes vienen a demostrar que lo que le falta a Manhunt no es presupuesto sino buenas ideas más allá de las que ya se vienen usando en el cine de terror desde hace casi cuarenta años. Aunque pueda parecer lo contrario, no hay demasiada distancia entre la América profunda de La matanza de Texas y los bosques noruegos de esta película.

Está bien que el cine nórdico también se atreva con el terror, pero siempre que sepa imprimir al género su particular sello, una personalidad que en este caso brilla por su ausencia. Sin grandes interpretaciones, con una persecución sin tensión que es siempre lo mismo, unas muertes sin chica y unos personajes que nos importan tres pimientos, la película se convierte en una apología del tedio. Llega un momento en que más nos vale entretenernos contando árboles, como más de uno hizo durante la proyección.

Soporífera.




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