Un palmarés suele ser siempre discutible, y en el festival de Cannes muchas veces lo ha sido demasiado (el ejemplo más flagrante lo encontramos en Fahrenheit 9/11), sin embargo, a diferencia de otros festivales como el Zinemaldi, éste no siempre está atado a una obligación con el contenido social. Si fuera así, este año habría ganado la película de Jacques Audiard, Un Prophète, de mensaje, estética y contexto abiertamen...
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