María es una madre devastada por un trágico suceso: la reciente muerte de su hijo Oliver. Tras pasar por uno de los peores momentos de su vida, la protagonista intenta superar esta ausencia mediante el apoyo de su marido y su hija Lucy, hasta que un día se entera de algo que lo cambiará todo. María descubre que existe un misterioso ritual que le permitiría despedirse de su pequeño al contactar con el mundo de los muertos. Sin dudar, comienza a realizarlo y abre una puerta que dejará que el espíritu de su hijo se traslade al mundo de los vivos. Lo que era un inocente intento de contactar con Oliver se convierte en verdadero infierno por intentar salvar el alma del mismo.